Blog Centro Psicológico Atulado

Mi impulsor es complacer

Por Efraín Freyre, Médico Psicoterapeuta del Centro Psicológico Atulado –Puedes contactarme en www.atulado.pe, informes@atulado.pe y/o al cel: 947613543

Me enseñaron desde pequeño que hay que ser servicial con todos y que es bueno ayudar a los demás, que hay que decir que “sí” cuando te preguntan algo, y si hay algo que necesitas, espérate a que te pregunten primero y así serás mejor bienvenido y aceptado.

Con esta enseñanza pasé mi juventud trabajando haciendo mandados, favores y esas cosas, siempre me decían que tenía potencial y que podría abrirme para realizar mi propio negocio, pero como le iba a jugar sucio a mi jefe y decirle que ya no podía trabajar con él, por eso estuve con él varios años y no me iba mal.

Un día mi jefe me dio permiso para tener un día libre a la semana sin trabajar, entonces pensé que podría ser bueno estudiar algo más y sabía que mi mamá podría darme un buen consejo, ella me dijo que deseaba que aprendiera algo de carpintería, así como mi abuelo y mi tío ya fallecidos, ambos excelentes artistas de la madera. En realidad yo creí que la carpintería no sería lo mío y por ello más bien me metí a estudiar arte, ya que mi abuelo alguna vez me dijo que él hubiera querido ser artista y que yo debería serlo.

Estuve en arte por algunos años y me gustó mucho, aunque al final lo tuve que dejar, fue porque en aquella época estaba con una chica, yo ya tenía 25 años y quería vivir una vida algo más formal, ella me planteó la idea de armar un negocio juntos y así comenzar a construir nuestra casita, y yo acepté. Trabajamos arduo por 2 años, pero por cosas de la vida la relación se terminó, felizmente no llegamos a construir nada, y lo que me quedó fue el dinero ahorrado.

Me compré un auto y comencé a trabajarlo como taxista, hacia dobles turnos para sacar más dinero y me comenzó a ir bien, ya sabía dónde se hacían las mejores carreras. Así pasaron algunos años y pude ayudar a mi mamá a reconstruir su casa y ya entonces salía con una mujer que luego sería mi esposa, en realidad yo aún no me quería casar, pero mi familia y ella terminaron convenciéndome.

Yo ahora ya tengo casi 45 años, sigo casado y tengo 2 hijas las cuales les doy todo lo que tengo a mi alcance, creo que no me ha ido mal en la vida, ya que sigo haciendo taxi y ahora ya tengo otro carro nuevo, cada vez que mi esposa me pide algo trato de dárselo y sé que ahora toca desvelarme por la educación de mis hijas.

No puedo negar que la otra vez en mis entresueños imagine que renunciaba a mi primer trabajo con mi jefe y que me dedicaba a estudiar medicina e ingresaba en la San Marcos y que terminaba como un gran médico, que bonito sueño! , pero aquí estoy con mi familia, mis hijas y mi carrito, no me puedo quejar.