Mantenerse firme y sin entrar en juegos psicológicos
Luego de una separación y sobre todo cuando la relación de pareja ha sido larga o se han vivido experiencias bastante intensas y compromisos o promesas, es natural que cueste un poco poder recuperar la autonomía, las costumbres y aquellas cosas que se hacían antes y sobre todo cuando se estaba solo. La persona que es dejada puede entrar en un cuadro de luto por pérdida y manifestar diferentes sentimientos cruzados e incluso síntomas muy similares a la depresión.
En la primera etapa luego de una separación en la pareja y donde luego de evaluar todas las aristas del caso ya no hay marcha atrás, es importante ser consecuente con las cosas acordadas y con los puntos de vista que se hayan explicado y decidido y que llevó como termino a la relación sentimental.
Sin embargo, aquí y en algunos casos, las personas podrían entrar en algunos juegos psicológicos y donde al sentirse vulnerables o solos pueden adoptar papeles de victima y en momentos de vulnerabilidad extrema, incluso llamar, pedir y hasta rogar a la otra parte con la falsa esperanza de un retorno, sin tomar en cuenta lo que ya se había definido por dar fin.
Al entrar en este sentimiento de desesperación por la pérdida, muchas veces una persona puede ahondar más su estado melancólico, el cual podría generar mayor impacto en la recuperación posterior. Es por esto, que en esta etapa es muy importante no entrar en juegos psicológicos, tener la capacidad de darnos cuenta que estamos cayendo en uno, para poder salir y mantenerse firme.
La psicología aplicada a la pronta recuperación
Si una persona al culminar una relación de pareja y donde hubo un fuerte involucramiento emocional lograse entender o recoger información productiva y en relación a como funciona psicológica el ser humano frente a una pérdida, lo más probable seria que los mecanismos de afronte serían mucho mejores.
Desde el enfoque del análisis transaccional, esta escuela de psicoterapia nos explica que tenemos una estructura psicológica que está conformada por tres partes iguales, la primera llamada el Yo padre y que es la parte de nuestros padres que está en nosotros y que principalmente fue construido en base a mensajes verbales y no verbales parentales, la segunda o central que es el Yo adulto, la cual es la parte nuestra donde somos los responsables, que no depende de la edad cronológica necesariamente y que necesita de información productiva para tomar decisiones, las cuales suelen ser las más acertadas, y luego la tercera estructura o Yo niño, que representa nuestra infancia y a un niño real y con todas sus carencias, deseos, emociones y necesidades.
Lo importante de comprender esto, es que al haber una pérdida o ruptura en la relación, es posible entrar de manera temporal en el estado de Yo niño por más tiempo de lo usual, y como tal también hacer una conexión emocional más intensa y con sentimientos de tristeza, cólera o disgusto, los cuales a su vez nos harían hacer sentir más vulnerables y con una tendencia a buscar ayuda o a veces a entrar en juegos psicológicos del niño o juego de víctima.
¿Cuándo es necesario una terapia psicológica?
Tomando en cuenta lo anteriormente explicado y cuando estamos en ese estado de Yo niño y sin poder salir de allí o activar o pasar a un estado de Yo adulto, es más probable que entremos en sentimientos de depresión, inseguridad, añoranza por el pasado, vulnerabilidad, e incluso generar síntomas corporales o hasta enfermarnos.
En estos casos, lo más recomendable es pedir ayuda profesional y recibir una terapia psicológica que nos ayude a activar nuestro estado de Yo adulto, que nos llene de información y para que podamos tomar decisiones para salir a flote nuevamente y continuar con nuestra vida.
Espero este artículo le haya sido de utilidad.
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Para conversaciones directas puede escribirme a: efrain.freyre@atuladosalud.com
Cordialmente,
Efrain Freyre MD. Psic. MSc.
Médico-Psicoterapeuta
Especialista en Comportamiento no Verbal
CEO y Fundador de Atulado