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¿Es posible leer nuestras emociones y calcular sus magnitudes con exactitud?

Hablar sobre las emociones siempre será algo complejo por muchas razones, empezando porque se pueden confundir con los sentimientos y por ejemplo pensar que sentir vergüenza, amor, odio, calma,  soledad, etc son emociones, cuando realmente son sentimientos, los cuáles involucran un pensamiento como principal diferencia y además de que estos a nivel cerebral activan zonas más corticales, pre corticales y también incluso cingulares y por lo tanto evolutivamente más evolucionadas, y por otro lado, las emociones también son complejas porque tienen muchas formas de manifestarse tomando en cuenta su ubicación en nuestro cerebro en zonas filogenéticamente más antiguas como el sistema límbico ubicado por dentro de nuestro lóbulo temporal que se encuentra a la altura de nuestros oidos, y donde se ubican distintos núcleos cerebrales como el complejo nuclear amigdalino que gobierna nuestras emociones más básicas como el miedo y la ira y por ello más difíciles de controlar, otro núcleo importante es el núcleo accumbens que gobierna el centro de la recompensa y cuyo desequilibrio da origen a las adicciones, igualmente el hipocampo que es el lugar donde se almacena nuestra memoria o el tálamo que es otro núcleo muy importante que hace de peaje y conecta las zonas límbicas con las zonas más corticales para poder darle un significado a nuestras emociones, así como el hipotálamo que tiene una función hormonal, regula funciones básicas como el hambre y la saciedad entre otros.

Podemos seguir hablando mucho sobre las emociones y sus funciones como por ejemplo que gracias a ellas tomamos decisiones lo cual será motivo de otro artículo, lo que también se conoce sobre ellas es que para hacerse sentir utilizan a nuestro sistema nervioso autónomo como el simpático o el parasimpático y con esto podemos percibirlas muchas veces de manera muy intensa y de diferentes maneras, para esto daré un ejemplo con el nervio vago o X par craneal que es parte principal de nuestro sistema parasimpático y que se encuentra desde el esfinter del iris de nuestros ojos, pasando por la glosofaringe, el aparato respiratorio y llegando hasta nuestro intestino grueso y vias urinarias, por ello por ejemplo, una emoción como un temor intenso lo podemos sentir en la garganta y presentar una dificultad para pasar los alimentos pero también lo podríamos sentir en la barriga como un malestar difuso, una sensación de vacío, una sensación de falta de aire o en el esófago como náuseas, etc.

Con todo esto como preámbulo, podemos decir que las emociones son cada vez mejor estudiadas y muchos científicos han logrado analizarlas y medirlas de distintas maneras, primero y de manera más simple con la utilización de cuestionarios con preguntas validadas, también y de manera más elaborada utilizando escalas como el DES ( escala diferencial de emociones de Izard) para incluso identificar las emociones positivas y las negativas, entre otras formas escritas.

Por otro lado, cuando se quiere estudiar una emoción es importante saber que esta tiene el comportamiento de una onda, y por ello inicia de manera muy sutil, luego tiene una elevación o arousal para después caer y entrar en resolución, volverse negativa, neutralizarse u otra vez activarse según el estímulo. Tomando en cuenta esto también es importante saber que toda emoción lleva cierta cantidad de energía, la cual se irá desplegando conforme se vaya dibujando esta onda, es por ello por ejemplo que la ira es una emoción de acción ya que conlleva una mayor cantidad de energia al igual que la alegria que es otra emoción de acción.

Como acabamos de ver la ira y la alegria son emociones con similar cantidad de energia, sin embargo el otro aspecto que se debe tomar en cuenta es la valencia o valor de estas, entonces una emoción puede tener valencia positiva como la alegria o la sorpresa o negativa como la ira, el miedo, la tristeza, el asco o el disgusto.

En los últimos 20 años y con el avance de la tecnología, el estudio de las emociones ha dado un vuelco enorme, tanto es así que hoy las formas más precisas y rápidas de medirlas es a través de softwares diseñados para identificar las emociones a través de la lectura del rostro.

Fue desde finales de los 70s con el ilustre doctor en psicología y científico Dr. Paul Ekman y su colega Wallace V. Friesen quienes estudiaron y validaron el diccionario de códigos de identificación de emociones a través del rostro llamado FACS (Facial Action Coding System), el cual incluso fue comparado con la electromiografía facial teniendo ventajas frente a ella por ser igual de precisa y no invasiva y que luego fue utilizado en cientos de estudios de las emociones.  Hoy algunas empresas de alta tecnología  han incorporado este diccionario de códigos faciales a softwares creando así los FaceReaders los cuales incluso son utilizados por la industria del cine como Pixar para dar vida emocional a sus personajes.

Con todo esto, en la actualidad se puede medir cada una de las emociones, incluso analizar en porcentaje lo que sentimos cuando por ejemplo hablamos sobre un tema o al realizar una entrevista y con un grado de certeza cercano al 100%. Las aplicaciones de esta medición son muy variadas, desde el ámbito de la investigación clínica psicológica y médica, para el estudio del dolor, en la realización de pruebas de veracidad, en neuromarketing, etc.  

Si usted está interesado en conocer más sobre las emociones y los usos de nuestro FaceReader puede entrar a https://atuladosalud.com/evaluaciones-especializadas/

Espero este articulo le haya sido de utilidad.

Para conversaciones directas puede escribirme a :  efrain.freyre@atuladosalud.com

Cordialmente,

Efrain Freyre MD. Psic. MSc.

Médico-Psicoterapeuta

CEO y Fundador de Atulado

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