Existen algunos mitos y que también han sido apoyados por algunos estudios de autoevaluación que señalan que con la edad se van perdiendo las formas de expresar emociones, sin embargo esto no ha sido confirmado en estudios más específicos y con las herramientas gold standard para el estudio de las emociones como el FACS (Facial Action Coding System) y la electromiografia facial.
Imaginemos distintas situaciones en donde sea imperativo evaluar lo que una persona está sintiendo, sin que esta pueda expresarlo explícitamente, por ejemplo, en casos donde la persona está hospitalizada, sedada, presenta alguna discapacidad cognitiva, demencia o está bajo los efectos de una droga y donde la forma más directa de poder evaluar sus emociones sea a través del rostro.
La ciencia del comportamiento humano hoy a avanzado mucho en ese sentido, ya que podemos decir que con una certeza cercana al 100%, se puede saber lo que una persona está sintiendo sin que esta nos lo diga, y esto gracias a la tecnología de reconocimiento de emociones a través de lectores faciales o FaceReaders.
Así también, en el estudio del dolor con la ayuda de estos lectores faciales se ha dado un gran salto ya que a través de códigos de acción llamados AUs que representan movimientos musculares en el rostro, los cuales se repiten cada vez que una persona presenta dolor, se puede determinar tambien con mucha precisión si por ejemplo una persona tiene un dolor nociceptivo o inflamatorio o si presenta más bien una queja somática con repercusión emocional que hoy se le conoce como dolor nociplástico.
En relación a la edad, se podría pensar que los adultos mayores expresan menos sus emociones, incluso pueden ocultar el dolor mejor que los más jóvenes, sin embargo en los estudios científicos realizados de manera comparativa y donde se sometieron a un mismo estímulo doloroso controlado a un grupo de significativo de jóvenes con otro grupo similar de adultos mayores, y al ser evaluados según la herramienta FACS (Facial Action Coding System), se demostró que ambos grupos mostraban las mismas señales de dolor y en similar magnitud sin importar la edad que tenían. Descartándose por ello el mito que a mayor edad, las manifestaciones de dolor se pierden.
¿Pero que implicancia tendría este hallazgo?
Podemos observar que las vias nerviosas espinotalámicas, sustancia gris periacueductal, entre otros, que llevan o modulan la información sensitiva y dolorosa, se conservan al transcurrir los años, excluyendo las causas médicas o farmacológicas que se conocen que sí pueden alterar las funciones nerviosas y que son más comúnes en adultos mayores.
Por otro lado, no habria razón para modificar las herramientas de evaluación de dolor a través del rostro si el paciente es adulto mayor sin otra enfermedad y se desea hacer un diagnóstico o seguimiento de alguna dolencia ya sea orgánica o funcional, tan igual como se haría en un adulto más joven.
En un futuro que ya llegó, por el uso de las plataformas virtuales que permiten una conexión rápida entre el paciente y su médico o evaluador, y donde a través de la evaluación del rostro se puede determinar no sólo sus emociones sino también la presencia de dolor, esto generará una mayor rapidez de decisión por parte del profesional a cargo, un uso más adecuado de la medicación analgésica y así mismo un seguimiento más preciso y todo esto en beneficio del paciente.
Journal of Psychosomatic Research 64 (2008) 311-318
Pain 160 (2019) 535-549
Si usted está interesado en conocer más sobre las emociones y los usos de nuestro FaceReader puede entrar a https://atuladosalud.com/evaluaciones-especializadas/
Espero este articulo le haya sido de utilidad.
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Cordialmente,
Efrain Freyre MD. Psic. MSc.
Médico-Psicoterapeuta
CEO y Fundador de Atulado