Por Efraín Freyre, Médico Psicoterapeuta del Centro Psicológico Atulado
Cuesta creerlo, pero es cierto, ¿Cómo explicar que después de haber menospreciado a la mujer, descalificado al extranjero, burlado del minusválido y de mostrar un rostro que remarca las líneas faciales de las expresiones de ira y desprecio y que coinciden exactamente con todas las acciones dichas previamente, Donald Trump ya es el próximo presidente de los Estados Unidos?
He aquí una breve pero muy directa explicación desde la más profunda psiquis del pueblo estadounidense:
Si analizamos como piensa un típico anglosajón de alrededor de 50 años y que representa un interesante porcentaje de la población que caminó hasta la mesa de votación, diríamos que él prefería a un canalla que darle su voto a una mujer, pues sí, ya que estamos frente al macho más macho que inclusive el amigo mexicano que le viene a cortar el jardín, y esa es la realidad poco contada del wrangler.
Por otro lado, qué diría un jovencito de apenas 20 años de una ciudad del centro este como Ohio, pues este millennial lo único que no tolera es la mentira, y aquí la señora Clinton en sumas y restas salió más embarrada y justo en el último tramo de la batalla, pues quizás su afán de candidata de la pro guerra y autora de perpetuar el establishment, terminó aburriendo a más de uno de los instagrameros, además que este no es precisamente el grupo que se levanta temprano y sale a votar.
Y que le quedaba a todo el resto de la clase media de la población blanca y negra de los estados del norte y sur respectivamente, pues quizás aquí la decisión sí estaba muy dividida, entre aquellos que sí llegaron a despreciar a un hombre como Trump al verse representados en ese minusválido, en la mujer o en el pobre y descalificado inmigrante, y por otro lado, entre aquellas mentes que siempre las hubo y que están en cada Mc donalds y que prefieren ir por el drive thru para no bajarse y chocar en el lobby con un latino, musulmán o africano.
Cabe seguir explicando que la oligodemocracia no genera integración, pues en este país nunca la hubo, por eso hay un barrio chino, la famosa mafia italiana, un Paterson en cada estado, una California y una Florida, claro está.
Pero, y como ahora explicamos el hundido voto latino, cuando se esperaba un arrasador 98% a favor de Clinton, pero fue todo lo contrario, será quizás entonces que el latino documentado convertido en “americano”, pero que en las encuestas sigue figurando como voto latino y que justo ahora decidió mirar de reojo al latino del frente, y votar en nombre de su deportación ya que su mandato de no pertenencia que lo trajo de su país de origen, le exige sentirse que pertenece a esa su nueva patria, terminó por darle su voto al que marcó la división entre tener la tarjeta verde y la fake y que precisamente y sin querer coincidió con el voto de aquel “gringo, amante de las barbacoas” que votó a favor de Trump para evitar que más latinos sigan adquiriendo tarjetas verdes.
Entonces nunca mejor que ahora, todo estaba listo para que un Trump o lunático o psicópata ganase las elecciones, ya que no importaba tanto a quien dejaba de menospreciar o que otra regla autoritaria decidía imponer, ya que lo que ocurrió es que por primera vez y cada quien por diferentes razones, las diferentes culturas, razas y edades coincidieron, por pequeña casualidad, claro está.
Como en una película de hollywood escuché, Sucede sólo en américa.