Algunos matrimonios pueden haberse preguntado alguna vez como sus padres o abuelos pudieron haber llegado a cumplir una boda de bronce o de plata y estar allí para celebrarlo con una reunión familiar o una ceremonia; en cambio otros pueden recordar que sus padres no pudieron lograrlo y se separaron cuando sus hijos eran chicos, sin embargo, algunas preguntas surgen aquí, cuando pensamos que ¿Es sólo el hecho de haber cumplido años de casado lo que importa? Por otro lado, ¿A qué nos referimos con calidad de matrimonio? acaso, ¿Una terapia matrimonial en mis padres pudiese haber evitado sus problemas? y observando el presente, ¿Los matrimonios de hoy son diferentes? Y si es así, ¿En qué lo son?
Trataré de dar respuestas a estas interrogantes, considerando los cambios que atraviesa el mundo actualmente, su impacto en el matrimonio y a la vez, con los mensajes de vida que hemos recibido de nuestros padres quienes a su vez vivieron otras épocas, que pueden facilitarnos la vida matrimonial o más bien impedir que se establezca, considerando que de ellos vinimos y de ellos aprendimos a ver una relación matrimonial.
¿Qué cambios han surgido en el matrimonio en los últimos 40 años?
Podemos describir a un matrimonio de los años 70s o inicios de los 80s como un acto principalmente religioso y ceremonial, con muchos testigos familiares y amigos y donde el objetivo era formar una familia, crecer juntos y a su vez permanecer juntos para toda la vida.
Ahora, si surgían problemas, estos se resolvían en casa o se aguantaban, no eran muy frecuente por ejemplo, acudir a una terapia matrimonial y más bien los “consejeros” eran los propios familiares o amigos. Podríamos decir que habían factores que se tenían en común en estos matrimonios, como la parte ritualística del mismo, el enfoque religioso, el deber de hacer familia y también el apoyo económico familiar, entre otros.
Con el transcurrir de los años, fueron muchos factores los que terminaron cambiando estos paradigmas, por un lado, el acto matrimonial llegó a ser algo muchas veces costoso y fue siendo reemplazado por la convivencia o por la más práctico, la cual hoy superó ya al matrimonio, ya no se tenía a la familia nuclear necesariamente como salvadora de todos los males y la sociedad regida por la economía exigía que el matrimonio cumpla con ciertas cosas básicas como tener una bonita vivienda, auto, buen colegio para los hijos, un buen empleo, etc. Todo esto sumado a que el rol de la madre y de la mujer fue cambiando, el número de hijos disminuyendo e incluso la necesidad casi obligada de mascotas como un acto social o de algunas veces de reemplazo.
Por otro lado, en la era moderna algunos problemas comenzaron a surgir y los matrimonios buscaron maneras de resolverlo, algunos iban a terapia matrimonial, otros más bien se liquidaban ellos mismos y así como empezaban, se disolvían y entraban a formas parte de los divorciados o los nuevos solteros.
¿A qué tiene que enfrentar un matrimonio hoy para seguir firme?
Nuestra sociedad hoy está regida principalmente por lo material, si lo vemos desde un enfoque estructural y psicológico, estamos en la era del yo niño interior y ya pasó con los 70s la era del yo padre y del deber. Hoy entonces se necesita tener más cosas para vivir mejor para que nuestro yo niño esté “más contento”, todo cambia cada año y todo podría ser desechable para el, incluso el matrimonio. Lograrse plenamente hoy puede tardar más que antes o nunca llegarse a ser. Se necesitan más viajes, más lugares donde vivir, más playas en el verano, mejores colegios, más tecnología, y la lista puede ser más larga; es algo así como una carrera que nuestros abuelos y padres no tuvieron que correr o al menos no a la velocidad de hoy.
En contraposición a esto, es cierto que hoy más que antes, los matrimonios o convivientes frente a un problema tienen dentro de sus principales opciones acudir a una terapia matrimonial y hoy se cuenta con mayores fuentes de información y con un mayor interés por resolver las cosas de alguna manera efectiva y ya no tanto por el “aguantarse”.
Por otro lado, algunos matrimonios jóvenes pueden traer a sus vidas de relación de pareja el aprendizaje del cómo sus padres se llevaban, como ellos hicieron un hogar y como resolvían sus problemas, otros también pueden traer encima una enseñanza de ellos de luchar hasta al final y como de lugar, otros en cambio de “a la primera simplemente lo dejas” , y otros con mejor suerte, de haber recibido un afecto incondicional, más atención y un mensaje de sentido de importancia, además de responsabilidad que les ayudó a elegir una pareja con similares características que ayudaron a construir una relación plena y madura.
Lo que es cierto, es que los requisitos para mantener un matrimonio o relación de pareja no han cambiado, a pesar de que todo lo demás hoy sea distinto. Se sigue necesitando tener mucha paciencia y tolerancia, en apostar por el otro y no por sólo uno mismo, el saber que lo material no lo es todo, el entender que las mascotas no son iguales que los hijos, que un viaje o un regalo luego de un conflicto no reemplaza a una terapia matrimonial, entre otras cosas.
¿Qué se puede resolver en una terapia matrimonial?
Consideremos también que el matrimonio de nuestros padres o abuelos probablemente tampoco fue el ideal, por un lado, ellos no tuvieron que vivir una sociedad de consumo tan fuerte como la que hoy existe y que probablemente sea el primer enemigo de los matrimonios actuales, ellos tampoco tenían tan al alcance a una terapia matrimonial para resolver todos sus problemas, sin embargo, tal vez eran más tolerantes o más creyentes del sentido de conservar, aunque a veces también tuvieron que sufrir.
Lo que si es cierto, es que en esta era moderna, la terapia matrimonial se ha convertido en un paso casi obligado para resolver aquellas cosas que traemos desde casa o también aquellos mensajes parentales que no nos están ayudando para nuestro matrimonio y que sin embargo nos hablan al oído y hasta nos conducen la vida. Tomando en cuenta esto, dentro los principales problemas que se resuelven en una terapia matrimonial están:
- Cómo aprender a comunicar los problemas matrimoniales de manera clara y oportuna.
- Cómo expresar lo que sentimos sin herir al otr@.
- Cómo transformar una crítica en la pareja por una conversación eficiente.
- Como aprender a seguir creciendo en el matrimonio y en lo personal.
- Cómo concretar los sueños personales dentro un mundo de dos.
- Cómo no confundirse en lo material y empezar a construir algo de valor en el matrimonio.
Espero este artículo le haya sido de utilidad.
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Cordialmente,
Efrain Freyre MD. Psic. MSc.
Médico-Psicoterapeuta
Neuropsicólogo
Especialista en Comportamiento no Verbal
Director General de Atulado: https://www.linkedin.com/in/efrain-freyre-diaz/