Uno de los problemas de afecta a cualquier persona dentro de su vida y que puede requerir de una ayuda psicológica son los problemas de ansiedad, pero ¿Por qué es tan frecuente la ansiedad en la vida cotidiana de una persona?
Por un lado, la vida en la ciudad, los retos, los deberes, los asuntos por resolver o los distintos problemas que nos aquejan activan a nivel inconsciente un mecanismo de defensa que desde el punto de vista evolutivo llamado lóbulo límbico. Este sistema da origen a nuestras emociones y especialmente en un núcleo llamado amígdala cerebral que tiene forma de almendra y donde precisamente se activan las respuestas de adaptación como el miedo y la ira.
Entonces, en el fondo, la ansiedad podría ser caracterizada como la emoción de miedo. Sin embargo, tiene algunas características peculiares, como generar sensación de angustia, estar muy relacionada a pensamientos de preocupación y a activar una serie de respuestas corporales como aumento de la frecuencia cardiaca, de la respiración y los movimientos intestinales. Además, de sequedad de boca o movimientos de tensión que se manifiestan con las manos cuando se tocan entre sí o está se la lleva a zonas del cuerpo o rostro y que desde el lenguaje no verbal se conoce como adaptadores o manipuladores.
¿Por qué los problemas de ansiedad son tan difíciles de controlar?
Una respuesta simple es porque al originarse como emoción básica en la zona límbica del cerebro, precisamente en la amígdala cerebral, escapa al control voluntario. Además, llega a activar prácticamente todos los sistemas de nuestro cuerpo, generando sensaciones desagradables.
¿Cómo una terapia psicológica puede ayudar a reducir los problemas de ansiedad?
Como ya se mencionó, los problemas de ansiedad terminan siendo tal vez el principal problema a resolver en un consultorio psicológico. Es una de las principales causas por el cual el paciente pide ayuda psicológica. Para los problemas de ansiedad existen diferentes técnicas para poder reducirla. Sin embargo, no se puede decir que una única técnica sea mejor que la otra. Pues al tratarse de un problema de origen límbico y a la vez involuntario, el simple hecho de contar el problema frente al terapeuta, ya puede ser una forma efectiva de reducirla.
Una de las técnicas más conocidas para trabajar los problemas de ansiedad es a través de la imaginación. Con ella se recrean situaciones difíciles de manejar y bajo el control voluntario de nuestra imaginación se puede generar una representación gráfica para poder trabajar con ella y reducirla o desaparecerla, y todo con los ojos cerrados. Esta técnica lleva el nombre de imaginería.
Así también, el trabajar el pensamiento que genera la emoción de ansiedad es otro de los aspectos muy importantes y que forman parte de la ayuda psicológica que se brinda. Ya que conociendo el concepto que nuestros pensamientos generan emociones, así como nuestros recuerdos, cuando estos son negativos, entonces son los causantes de la ansiedad. Por ello, el poder modificar la forma como pensamos también resulta efectivo para los problemas de ansiedad.
¿En qué situaciones los problemas de ansiedad pueden requerir medicación?
Es importante también considerar que a la par de la ayuda psicológica y en algunos casos específicos también se pueden requerir de medicación. Caso que será proporcionada por un médico.
En los casos donde el paciente tiene muy mermada su capacidad de controlar sus emociones de miedo, ansiedad y preocupaciones, tiene afectación del sueño y rendimiento. Asimismo, cuando viene sufriendo de crisis de pánico o de situaciones muy desagradables por la activación de toda la respuesta involuntaria del sistema nervioso, es adecuado que, junto a la ayuda psicológica, también pueda recibir medicación temporalmente y mientras se trabajan las técnicas ya explicadas.
¿De qué manera se pueden manifestar los problemas de ansiedad?
A continuación, enumeraré las formas más comunes de manifestarse y de causa de consulta psicológica por problemas de ansiedad:
- Palpitaciones en el corazón sin una razón aparente.
- Mareos y respiración rápida.
- Molestias digestivas y estómago flojo.
- Sequedad de boca.
- Problemas para iniciar el sueño y pesadillas.
- Sensación de angustia por las mañanas.
- Bloqueos mentales y olvidos frecuentes.
Espero este artículo le haya sido de utilidad.
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Cordialmente,
Efrain Freyre MD. Psic. MSc.
Médico-Psicoterapeuta
Neuropsicólogo
Especialista en Comportamiento no Verbal
Director General de Atulado
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