Cuando hablamos de dolor crónico nos referimos a un dolor que dura más de tres meses y dentro de los ejemplos más comúnes podemos señalar al dolor de espalda crónica, a la fibromialgia, a los problemas articulares como la artrosis, dolores musculoesqueléticos crónicos, etc.
Para poder explicar la relación que tiene el dolor con nuestro estado de ánimo, es importante saber que en todas partes del cuerpo y tejidos con excepción del pelo y uñas, tenemos receptores del dolor que se conocen como nocireceptores. Cuando algo nos lesiona de manera aguda como por ejemplo un corte o traumatismo, estos receptores de dolor se activarán y transmitirán el impulso doloroso por fibras de impulso rápido llamadas fibras A Delta que corren por la medula espinal por la via espinotalámica lateral y que llegan a un centro muy importante del cerebro que hace de estación llamado el tálamo y específicamente a sus núcleos ventral posterolateral y medial que regulan el dolor de las zonas del cuerpo y rostro respectivamente y de allí hacia la corteza cerebral para su procesamiento, sin embargo, para el caso de un dolor crónico es algo diferente.
En un dolor crónico se van a activar los mismos nocireceptores de los tejidos, pero aquí el impulso doloroso correrá por fibras más lentas del dolor llamadas fibras tipo C, estas fibras lentas transmiten el dolor de manera más sostenida y transcurren por otra vía esta vez central de la médula espinal llamada via reticuloespinal. Esta via reticular se encarga además de la trasmisión dolor crónico de otros procesos muy importantes como el estado de alerta y conciencia, el ciclo del sueño y vigilia, el tono muscular, los movimientos involuntarios, entre otros. Es por ello que por ejemplo que una persona con dolor crónico es muy frecuente que también tenga alteraciones con el sueño.
Esta via reticuloespinal va a llegar también hasta el centro del tálamo en el cerebro, pero internamente a unos núcleos llamados intralaminares que a su vez se conectan con zonas del lóbulo límbico que se encargan de generar nuestras emociones. En este sentido, la sensación y experiencia de un dolor crónico generará un significado emocional y por eso se ha visto cuadros de tristeza, ira o disgusto, además de cambios emocionales en personas con dolores crónicos.
Además de esto, esta via reticular se conecta hacia arriba también con el área de la corteza cerebral de asociación que recibe también otras sensaciones como las térmicas, tactiles , de presión y como vemos las dolorosas también y le aqui es donde se procesan. En esta área de la corteza cerebral también se consolida parte de nuestra memoria retrógrada o de experiencias pasadas y es por ello que las experiencias dolorosas del pasado se llegan a recordar muy bien y que a su vez generan un impacto emocional al conectarse también con nuestro sistema límbico.
Así mismo, la via reticular tiene conexión también con zonas frontales de la corteza, específicamente la zona orbitofrontal y zonas más interiores y límbicas relacionadas a la corteza del cingulo. Estas conexiones son importantes ya que estas zonas regulan el estado de ánimo y explican porque el dolor crónico al modificar estas zonas cerebrales puede muchas veces causar cuadros depresivos y de tristeza.
Por otro lado, a nivel del rostro se reciben terminaciones nerviosas del séptimo par cranial, que es el nervio facial y que se encarga de los movimientos de la expresión de la cara. Este nervio tiene varias ramas, una de estas lleva también información de la misma via reticuloespinal mencionada, conocida como via extrapiramidal (para diferenciarla de la via clásica por donde viaja el dolor agudo). Esta rama del nervio facial entonces lleva la transmisión del dolor crónico y también de los componentes emocionales que se reflejan en el rostro como la expresión de tristeza, ira o disgusto relacionados al dolor.
Finalmente y gracias a la tecnología hoy se ya puede medir el dolor a través del rostro y utilizando softwares o Facereaders que recogen las expresiones faciales dolorosas y pueden medir su magnitud, además ayudan a diferenciar entre una fascie o expresión dolorosa de otra emoción, incluso para poder saber en que grado ese dolor crónico está causando un impacto emocional en la persona que lo aqueja.
Expresión del dolor a través del rostro para su evaluación con Facereader.
Espero este artículo le haya sido de utilidad.
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Referencias.
Pain 160 (2019) 535-549
Para conversaciones directas puede escribirme a : efrain.freyre@atuladosalud.com
Cordialmente,
Efrain Freyre MD. Psic. MSc.
Médico-Psicoterapeuta
CEO y Fundador de Atulado