Hoy en día, debido a la situación actual por la cual está atravesando el país y mundo, preocupaciones en el trabajo, continuos desempleos, entre otras cosas, ha generado en las personas cuadros de ansiedad, depresión y estrés.
En las consultas nutricionales, atiendo a pacientes con estos problemas, quienes buscan calmar la ansiedad o el estrés por medio del consumo de harinas refinadas (galletas, kekes, panes), frituras y azúcares. Si bien es cierto este tipo de alimentos te dan la sensación de alivio de forma momentánea, en realidad el paciente no sabe el daño que se está haciendo a largo plazo, el impacto negativo que puede estar generando en su intestino y cerebro.
Es por ello, que en esta oportunidad hablaremos un poco sobre el famoso eje intestino-cerebro, cómo es que la condición del intestino puede influir en el estado de nuestro cerebro y viceversa. El eje intestino-cerebro es el encargado de influir sobre nuestro comportamiento, en la producción de hormonas y neurotransmisores, en la respuesta de nuestro sistema inmunológico y entre otras importantes muchas funciones.
El intestino, además de poseer un sistema nervioso propio, también alberga una gran variedad de bacterias, 100 billones aproximadamente de unas 500 a 1000 especies distintas. Si tenemos una alimentación balanceada, nutrimos a las bacterias adecuadas de nuestro intestino, y de esta forma brindamos armonía y bienestar tanto a nuestro sistema digestivo, como a nuestro cerebro.
Uno de los objetivos fundamentales del nutricionista sobre este tipo de pacientes que esta experimentando depresión, ansiedad o estrés, entre otras condiciones, es saber como nutrir a las bacterias correctas con una dieta bien estructurada rica en fibra y en algunos casos agregar la suplementación de probióticos y prebióticos, según señala la Revista General Psychiatry .
Los probióticos son microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar la condición de nuestras bacterias buenas del cuerpo. Los podemos encontrar como suplemento, el cual debería contener por lo menos 10 cepas de bacterias diferentes y en los alimentos fermentados como el chucrut, yogurt, etc.
Por otro lado, los prebióticos son fibras vegetales que también deben estar incluida en nuestra dieta, debido a que este tipo de fibra beneficia a nuestra microflora bacteriana y por lo tanto al eje intestino-cerebro.
Cada vez son más los estudios que señalan que la microflora intestinal está involucrada con la regulación de la función cerebral por medio del llamado eje intestino-cerebro.
Recuerda que el consumo innecesario de antibióticos puede alterar negativamente nuestra microflora intestinal, disminuyendo nuestras bacterias buenas.
Ahora tienes la misión de buscar una buena asesoría nutricional para potenciar a esas bacterias beneficiosas que se encuentran habitando en tu intestino para gozar de una buena salud mental.
REFERENCIAS:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112007000500003
https://gpsych.bmj.com/content/32/2/e100056
http://riberdis.cedd.net/handle/11181/5361
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Espero este articulo le haya sido de utilidad.
Cordialmente.
Lic. Alejandra Arce
Nutricionista de Atulado