Cada vez más la evidencia sobre el comportamiento y la conducta humana y de las neurociencias apuntan a señalar que la evaluación psicológica infantil y la psicología ayudaría a generar un mejor neurodesarrollo infantil y una mejor calidad de vida.
Entendiendo que, desde el nacimiento de un ser, este requerirá de diferentes cuidados, reciprocidad afectiva, mensajes nutritivos y del apoyo de sus seres queridos. Todo esto también puede necesitar de la asesoría profesional y psicológica para los padres o para una madre primeriza y para lograr un adecuado desarrollo psicológico infantil, así como un mejor vínculo familiar.
Durante los primeros años de vida, un niño va a requerir de cuidados y cuando se requiera de ciertas evaluaciones psicológicas también para evaluar, por ejemplo, la interacción madre-hijo, su estado emocional, sus conductas o su neurodesarrollo.
Por otro lado, se puede pensar que una terapia psicológica es de gran ayuda cuando surge un problema emocional, familiar o en la relación con la crianza del niño. Sin embargo, también, el sólo hecho de decidir llevar una asesoría psicológica para los padres y que acompañe al desarrollo del niño, sería de mucha ayuda para poder identificar conductas negativas, a mejorar las interacciones de pareja y con los hijos y también a poder evaluar posibles desviaciones en el neurodesarrollo infantil. Asimismo, ayuda a identificar posibles condiciones como el trastorno de espectro autista o ciertos problemas de atención o de hiperactividad en los niños y cuya detección temprana pondrían en ventaja para una mejor supervisión y educación.
A todo esto, la evidencia ha ido acompañando a la psicología del desarrollo infantil y como a través del cambio de comportamiento, de las diferentes técnicas de psicoterapia, de los dibujos y dinámicas lúdicas, así como del desarrollo y control de las emociones se puede generar cambios estructurales en el cerebro de los niños y conocidos como plasticidad cerebral y con resultados positivos.
¿Cómo ayuda una terapia psicológica en el desarrollo infantil?
Cuando acude una familia a la consulta psicológica trayendo a su hijo quien aún no entra a la primaria, y su madre señala que en el nivel inicial su maestra le ha aconsejado una evaluación neuropsicológica por notar problemas para atender en la clase. Algo similar a lo que una maestra de primaria puede también referir, y donde una explicación detallada de cómo es el neurodesarrollo de la atención infantil puede terminar aclarando o descartando un diagnóstico de déficit de atención con o sin hiperactividad o también ameritando un seguimiento más cercano para confirmar el diagnóstico al final de la infancia.
Algo similar ocurre cuando una familia atraviesa por un proceso de separación de los padres y durante el curso de este notan que uno de los hijos muestra conductas regresivas. Se orina en la cama, no puede dormir sólo o se torna irascible y pleitista con sus compañeros de clase y es cuando una evaluación psicológica infantil y una terapia de familia pueden resolver el problema y a partir de allí lograr una educación emocional y de la autoestima en el niño.
En otras situaciones, a través de una evaluación neuropsicológica en un niño con retraso en el lenguaje hablado y pobre contacto visual se puede realizar el diagnóstico de espectro del autismo. Asimismo como parte del protocolo el solicitar una evaluación de su coeficiente intelectual y evaluar su grado de funcionalidad es posible una orientación mucho más detallada no sólo para confirmar su condición de niño autista sino para decidir el tipo de apoyo requerido y la educación en casa y en el colegio más adecuada.
¿Qué situaciones ameritan una evaluación psicológica durante el desarrollo infantil?
Aquí enumeraré un listado de situaciones o problemas donde una evaluación psicológica sería necesaria en un niño considerando su neurodesarrollo:
- Problemas de atención en la primaria.
- Retraso en el lenguaje luego de los 3 años de edad.
- Cambios de conducta y del humor.
- Conductas regresivas como orinarse en la cama o miedo a dormir sólo.
- Frustraciones constantes y tendencia a la ira.
- Pobre contacto visual y poca relación con sus compañeros.
- Tendencia al aislamiento o a evitar personas.
- Miedos constantes y nuevos.
- Disminución del apetito o de las ganas de jugar.
- Durante el proceso de separación de los padres.
Espero este artículo le haya sido de utilidad.
Si usted está interesado también en conocer más sobre nuestros servicios psicológicos y evaluaciones especializadas puede entrar a Atulado Salud.
Para conversaciones directas puede escribirme a: efrain.freyre@atuladosalud.com
Cordialmente,
Médico-Psicoterapeuta
Neuropsicólogo
Especialista en Comportamiento no Verbal
Director General de Atulado